La Colección en casa. José Manuel Ciria. «Fóra de foco»

La superposición y contraste cromático de rojos, negros y blancos, los grandes brochazos, la pintura fluyendo en un goteo fresco y atrevido, el azar expresándose libremente sobre fondos de presupuestos sistemáticos y ordenados… son elementos con los que José Manuel Ciria interpreta La epopeya de Gilgamesh, cinco poemas sumerios escritos sobre arcilla, que entusiasmaron a Borges en su empeño por descifrar el tránsito hacia la inmortalidad. El artista pinta con la intuición de la abstracción, pero sin dejar las referencias reales, en este caso literarias, a un lado. Como Rothko, «abre los brazos» de la pintura para que el espectador dialogue con ella. Ciria emplea el gran formato para contarnos sus historias. No es un tema banal que sus obras midan más de dos metros y que la pintura intente deslizarse por los bordes del lienzo, queriendo ampliar su campo de acción hasta los propios límites del cuadro, es una de las divisas que marcaron los artistas americanos del expresionismo abstracto: magnificar la imagen para que el impacto visual sea más intenso. Texto de Mercedes Rozas, comisaria da la exposición «Fóra de foco».